Todos tenemos un lado oscuro que integrar, y eso lo logramos reconociéndolo y aceptándolo, amándonos a nosotros mismos como un Todo. El lado oscuro de la luna es nuestra psiquis, la cual suele rozar la locura. En nuestra mente la que se burla de los impulsos emocionales del corazón.
En mi caso, recuerdo ser muy sensible o irritable desde pequeño. Atrayéndome las historias y juegos que brindaban un mundo fantástico. Inevitablemente mi esencia deseaba que la realidad sea tan fantástica como en mi imaginación... Soñador o iluso? Todo tiene dos caras. Dualidad: blanco o negro, bueno o malo, ángel o demonio. La historia de niño se fue repitiendo con el paso de los años, viviendo momentos de ilusión donde todo era perfecto y alegre, hasta llegar a darme cuenta de que el mundo en que vivía contrastaba sellando esa diferencia con una experiencia desagradable. Bulling en la adolescencia, haber ido a un colegio cristiano y salir muchísimo menos cristiano de lo que entré, haber estudiado una de mis grandes pasiones (cocina) y chocarme con una gastronomía esclava y perversa... son algunos de los ejemplos de los choques con la dualidad que he personalmente he vivido.
Pero sobre todo en este caso quiero hablar de mi último gran aprendizaje: mi experiencia bajo las drogas ilegales o "intoxicantes". Ellas también tienen dos caras, una fácilmente visible (favorable, al consumirla) y otra más escurridiza a largo plazo... que me costó varios años reconocer, hasta hoy. Las conocí al entrar ya en la edad adulto, ya suficientemente castigado y agobiado con los desafíos que nos impone el sistema de esta sociedad. (Por suerte coincidió con mi comienzo de despertar espiritual, el cual servía de soporte a mi insaciable búsqueda). Las drogas me ofrecían un puente al bienestar, a la aventura de un mundo fantástico y divertido. Lo que me faltaba comprender e integrar era que bajo ese velo de colores estaban los efectos secundarios a medio y largo plazo. Y la historia se repite, siempre, hasta que logramos trascenderla. Vivimos lo que vivimos porque tiene que ser así. Y nos damos cuenta de que aprendimos cuando realmente hay un cambio de actitud. Logramos trascender esa dualidad. Es aprendizaje. De lo contrario, seguimos señalando el lado oscuro de lo que vivimos... que siempre se ve reflejado fuera. Aunque el origen está dentro. Incluyendo la genética aportada por nuestros ancestros (Hay varios métodos holísticos para trascenderlos o superarlos).
En Diciembre de 2017 me diagnosticaron transtorno bipolar. Lo sufro desde mi adolescencia bajo la depresión, pero el diagnostico fué luego de haber hecho "locuras" extremas en estado euforia en Barcelona, llegando a regalar cada uno los cristales de mi botiquín holístico (explicando la razón por las cual la persona beneficiada lo había elegido) festejando que me había recibido de Sanador Energético con Cristales. Pero el punto más extremo fué donar mi bicicleta afiladora al Pueblo... porque veía claramente a una cataluña cansada y sin esperanza ante el burlesque político. Llegué a poner la bicicleta sobre uno de los leones bajo el monumento a Colón, con todo lo necesario para afilar, librando a la suerte o viveza del una persona pícara que aproveche la oportunidad del cambio. Sí, una locura... Sobre todo porque era la única bicicleta que tenía y era mi vehículo de trabajo en ese momento... Una buena causa, pero no estaba del todo consciente de lo que hacía, o sí. Internamente no estaba bien. Estaba desequilibrado. Hoy, no me arrepiento de lo hecho porque reconozco que hubo aprendizaje cuando miro hacia atrás. Veo un Agustín que se refugiaba en las drogas eventualmente por miedo y rechazo a la realidad que percibía. Y otra parte de mí, la aventurera, veía a esa experiencia simplemente como un juego... el de meterme en las profundidades de la oscuridad. Por suerte "lo pagué barato", podría haber sido mucho peor. Y mi familia logró captarme en el momento justo. Estaré siempre agradecido.
Hoy elijo firmemente desarrollarme mediante una VIDA SANA. Meditación, deporte, música, baile, diversión en cada momento, viajar... hay muchos de recursos hermosos que nos hacen bien. Elijo este camino, perdono e integro mi lado oscuro de la luna. Siempre habrá desafíos, pero iré superándolos poco a poco... Y como buen canceriano, la Luna me rige con fuerza... nunca voy a dejar de soñar. Pero esta vez estoy dispuesto a anclar esos deseos en la Tierra. Disfrutando cada paso de mi camino.
Es por eso que hoy me siento millonario... por dentro!
"Porque todo aquél que disfrute del camino, lleva la llama del éxito consigo".
El día de hoy, siento que lo he logrado, aunque me queda mucho por aprender y enseñar.
L'Arrotino